miércoles, 4 de marzo de 2009

POESIA-MISTERIO

Creo que fue Pound , Ezra Pound , el denostado y condenado reaccionario el que sentenció:”La poesía decae cuando se aparta demasiado de la música, y la música decae cuando se aparta demasiado de la danza”
El propio y viejo Ezra, verdadero muerto en Venecia, que había sido curado y escabechado en poesía –había sido secretario de W. B. Yeats y a su vez había prohijado como secretario suyo a T. S Eliot-,y además era autor de una formidable obra poética, sin duda veía la poesía viviendo no solo en si misma sino también en otras cosas.
Escapando de lo indefinible del dasein de la poesía, aquello que el viejo Ezra largaba de lado como “la carga máxima de significado en el lenguaje”,uno puede darse cuenta, simplemente desde la posición de lector, que la poesía existe, actúa, y produce efectos cualitativos y cuantitativos, emotivos, estéticos, éticos e incluso fisiológicos.

La pregunta es : ¿qué es?. Si:¿Qué es eso que nos fascina, llama la atención, diferencia escandalosamente en la conciencia lo que vale y es de lo que no vale y no es, eso que como un chute de endorfinas nos aplicamos una vez y otra para sentirnos mejor. Eso que está y existe de manera totalitaria en un solo verso, o en un poema, o en una estrofa, o en una canción, o aun mas; dentro de esto en un fragmento o incluso en un matiz, una línea de bajo, una trompeta lejana, lo que sea, indefinible pero efectivo ,actuante, presente, y variable como el gusto de cada individuo. La magia del pop se nutre de esto, de esta indefinible cara de la poesía.
Podemos llamarlo belleza, una belleza de embargo totalitario que no tiene nada que ver ya con el reino de la cantidad ni con la perruna filosofía de “cuanto más, mejor”.La poesía acaece en un acto de percepción que es el acto poético, siendo también la otra cara del acto poético de creación, e independiente e independizada del autor y del lector , algo de lo que Barthes llamó atinadamente “el placer del texto”.
Y dado que es independiente de la voluntad, porque ni con la mejor voluntad del mundo podríamos hacer bueno un mal poema, o hacer que nos suene bien una canción que es un coñazo, resulta que la poesía acaece ligada a cualquier lugar, ligada a cualquier cosa.. Un su carácter fundamentalmente “fragmentario” que une, usando del invisible hilo poético, desde el verso, el libro o la canción, hasta el pájaro, el cielo, la estrella o el agua, todo. De ahí su carácter totalitario y absoluto .
Volviendo al campo de lo real; parece ser que los griegos, maestros en tantas cosas, fueron los primeros que le pusieron cadenas a aquello tan indomable como los toros de la mitología, o como el propio Cronos, padre de dioses: La poesía. Intentaron poner riendas al tiempo .El ritmo, que fue y es la primera y única arma contra el tiempo, les permitió construir algo llamado versos, y que servía en principio para hacer la guerra. Los generales griegos eran poetas, componían versos que sus hombres cantaban moviéndose rítmicamente en la carga de combate. Los mejores versos llevaban a los guerreros a la victoria. La clave era el ritmo.
Y era el mismo ritmo que divide y subdivide el tiempo desde el primer latido del corazón humano mediante otro de sus misterios: La pausa.
Y aquí volvemos a tropezar con lo innombrable , ininteligible , compensador y Dios sabe que más; un espacio que no es en si, pero en el que se puede vivir, como en “Arrebato” de Zulueta. Rilke lo vio con una percepción afilada y exacta:”esta es la nostalgia, habitar en la onda/y no tener patria en el tiempo”,abriendo, con un hachazo tan poéticamente brutal, una de sus elegías. .
Y así, en el país de la poesía , hecha de ritmo pausa y palabras, el todo es mas que la suma de las partes y, a la vez , puede




ser o estar contenido en cualquier parte de si mismo; esto hace de ella un reino autónomo que funciona “per se”. Ya sabe la palabra adonde va. .Todo consumidor de música o de poesía percibe el lugar o el momento donde ésta brilla y donde se oscurece. Un fragmento de una canción o un verso, o incluso una sola y única palabra, aquello que persiste en la memoria como un rasgo de fulgurante belleza, o que una vez olvidado es evocado o traído al presente (otra vez contrapoder contra el tiempo), con solo que vuelva a sonar un poco de música. Por lo demás, la residencia en la realidad, y el avanzar hacia la muerte, notas características de la esencia de la poesía, son notas también impuestas a la vida por el tiempo. Los poetas, los autores, si es que existen. Gamoneda , Panero, el viejo Ezra, nos remiten a esto. No hay autor, solo poemas. Tampoco hay lector. Solo un vasto sistema autorreferencial de agujeros en la realidad que dan paso al misterio,y una cosa nos lleva a otra, un poema a otro,desde San Juan de la Cruz a René Char o Jorge Manrique y el cosmos se constituye como texto.Imagen Dantesca de Dios en el paraíso, visión final: Páginas de un libro que vuelan. Pensar y poetizar vienen a ser dos versiones de la misma acción. El medio: La palabra.
.
Y así, ese significar de repente, como un fogonazo que surgiera del poema, es la poesía. Adviene lo nuevo. El tiempo, que con seguras manos de orfebre nos ha llenado hasta ese instante de endurecimiento , de hábito ,de memoria, no dejaba lugar para lo nuevo, es decir, para la vida. La poesía restablece por un instante el equilibrio.

Et in principio erat verbum.

lunes, 8 de diciembre de 2008

ADVIENTO

Las piedras en el lecho del arroyo, inalcanzables bajo el cristal del agua, son el igual de las constelaciones. Triplemente lavados significantes del misterio.


Bajo la herrumbrosa hoja de la guadaña cae, quejándose, el verde otoño. El prado limita con su pared de caliza el oscuro asalto de los robles. Es la hora lóbrega, cuando sólo el espejo moribundo del charco muestra el agonizante yermo del cielo. La sombra desagua sobre los valles. No hay estrellas.



Tomo tu mano y te digo: Quédate aunque hayas muerto. Quédate conmigo. Atardecer del tiempo donde el sendero ha ido a dar en una hemorragia de hierba sin huellas. Quédate aunque sólo seas frágil memoria.




Corona de muérdago. Roble.
Blanca corteza de los abedules.
Indescifrable caligrafía de la primera nieve.
Velas que arden en lo oscuro.
Espino albar quemado en el corazón.



Era Noviembre sin piedad.
Agua gris golpeada de rosas.
Inquietud sin esperanza.


De rodillas sobre la lápida
La soledad busca su otra mitad.

Aceite y sangre que arden
Y no hay otro nombre bajo el cielo.


En la luz contraída bajo nubes rosadas se agita la bandada de estorninos. Múltiple mancha que viene a sumergirse en los árboles aventada por la mano infinita. Allí, la helada nos ha besado esparciendo limaduras de sufrimiento. En esa herida de fríos labios fríos como la muerte se siembra de rodillas.




El tiempo añadido a tu corona,
deja caer sus lagrimas de cera.

domingo, 23 de noviembre de 2008

MEMORIA DE RAFAEL MOLINA

El hombre desconocido se sentó en la silla que le indiqué. Miró hacia la mesa En esta había un montón de libros; junto a los libros un biberón. En ese instante, un gato blanco y negro que había permanecido invisible y atento saltó sobre sus rodillas. El hombre lo acarició con cariño y volviendo sus ojos hacia mi, dijo:”Bueno… cuéntame tu vida”.

Esto sucedió el día que conocí a Rafael Molina, que regentaba en horario de tarde una librería de viejo situada frente a la iglesia de San Sebastian, en la madrileña calle de Atocha. Por las mañanas ejercía de subordinado en una empresa que fabricaba trenes. Aquella oficina,-por lo que él contaba a veces- debía de ser mas bien siniestra, y el espacio de libertad, la ruta de escape, eran para él unas pocas horas de la tarde en la librería.
Entre aquellos miles de volúmenes que exhalaban ese olor que tantas veces reputamos como abominable y dulzón, nos vimos y hablamos muchas veces, muchas. Aun así, cuando se fue, lamenté que no hubieran sido más.
Rafael era un hombre atento, circunspecto, amable y cumplido. Siempre la impecable chaqueta cruzada –a lo Tierno Galván-, la sempiterna pipa en la mano, y como fondo ambiental una pequeña radio con el dial clavado eternamente en la música clásica. Rafael era también melómano, wagneriano y , sobre cualquier director de orquesta, partidario de Ataúlfo Argenta.
Como librero de lance, su amor por los libros y su maduración en copiosas lecturas lo invalidaban un poco. Le faltaba ese instinto de presa propio de los que hacen negocio. Su bondad y empatía con los clientes, le hacían marcar a la baja los precios, y era incapaz –en la espinosa zona de las compras- de aprovecharse de la circunstancial debilidad del que acude a vender sus libros a la librería de lance. Nunca se aprovechaba de las circunstancias y, en más de una ocasión, le ví tasar por encima del valor-perdiendo en la compra-solo por que el cliente era alguien especialmente débil.
En aquel espacio maravilloso, que pese a no contar con aire acondicionado tenia un microclima propio, frío en verano y cálido en invierno, pasamos muy buenos ratos, charlando a veces con personajes interesantes, de esa galería de tipos que el libro viejo atrae y reúne por extrañas afinidades. Ambos compartíamos un mismo mundo de lecturas y también un cierto sentido, fundamentalmente estoico y escéptico, de la vida.

En el fondo de la librería, justo antes de la tenebrosa trastienda también llena de libros en cajas de cartón, se hallaba el puesto de mando, iluminado por un pequeño flexo. Bajo su luz, la cajita del dinero, las pipas, el cenicero lleno de cerillas consumidas en sucesivos y frecuentes encendidos y, siempre algunos libros, las lecturas del tiempo. Mas atrás, una gran estantería repleta cerraba la perspectiva y , en ella, colgada a media altura, una foto en blanco y negro de un gato también blanco y negro.





Rafael partió con rapidez y antes de tiempo. Fue fulminado por un infarto en el salón de su casa, sentado en un sillón y con un libro en las manos. La semana anterior había sido especialmente dura en la oficina siniestra de las mañanas, un nuevo jefe recién llegado a la corte desde Beasain o donde estuviera la maldita fabrica de trenes, había puesto a prueba la paciencia de nuestro hombre, hasta el punto de que en los últimos días, casi no se quitaba la pipa de la boca, ni para comer. Cuando supe la noticia, les maldije de corazón.
Recordé entonces que, no hacia mucho, habíamos hablado de la muerte. La cosa vino por un comentario sobre la versión de la Biblia de los setenta. En ésta, no se nombra para nada a Jeovah, sino que el nombre inefable es Adonai. Cuando nos despedimos me dijo: “Bueno, pienso que cuando nos toque ir a ver a Adonai, lo que espero que suceda es que todo hombre , animal o planta que haya sufrido, sea compensado”.

Ahora, mucho tiempo después, imagino que el cielo de Rafael Molina será algo como la inmensa y borgiana biblioteca de Babel, pero donde también suenen los últimos lieder de Strauss y haya excelentes tabacos de pipa , gatos elásticos e inteligentes y agradables conversaciones con su puntito de ironía y humor. Donde el descanso eterno sea un movimiento eterno hacia el conocimiento. Una teología a medida de los buscadores de la verdad y de los que viajan a través de los libros.
Si. Uno de estos fue Rafael Molina, amigo de los libros.


Y amigo de los gatos.

sábado, 22 de noviembre de 2008

LE LLAMABAN BODE

Le llamaban Bode. Su nombre: desconocido, aunque quizá pasara bajo mis ojos en la esquela fúnebre del periódico local. Solo recuerdo que era un tipo fornido ,de pelo rizado y ojos claros. Su carácter, aparte de irascible, también era un poco infantil. De vez en cuando, me lo encontraba en un bar del centro y jugaba con el alguna partida de ajedrez En aquellas circunstancias, algo como un sexto sentido me decía que le dejase ganar. ,Quizá mi inconsciente intuía la necesidad de conservar un cierto equilibrio, pasado el cual solo sería posible la caída .A esto contribuían las historias que me contaba mientras jugábamos, historias que solían ser mas bien truculentas, aunque después pensé que ,en el fondo, eran mas bien exageradas. El tipo haba pasado por aquella olvidada guerra del Sahara enfundado en el uniforme de la Legión, usando el lanzallamas, después de envolver a algún moro en alambre de espino, como para terminar la tarea. Patrullas. Emboscadas. Puñaladas al centinela etc etc. Y después de esto, había regresado a la pequeña capital de provincia.
El caso fue , o había sido que ,antes de irse a la Legión, ya haba dado muestras de un carácter peculiar, mas dado a la acción que al pensamiento. Se haba pirado de la casa familiar, y dormía en un nicho del cementerio, o por lo menos eso me dijeron. algunos que nunca llegaron a saber su nombre, y solo le apodaban Pariente.. lo que si llego
a ser cierto fue que, un día, en compañía de otros, una pandilla de adolescentes, y como fin de fiesta de una queimada en los pinos, al regresar todos caminando a la ciudad y , aprovechando que el camino discurría junto al cementerio del pequeño villorrio de V* , alguien ,en broma, le desafió a saltar al interior del camposanto,…El Bode, en el que como he dicho, la acción precedía al pensamiento, no se lo pensó dos veces, y el resultado de aquella macabra sesión, fue la violación de una sepultura y el trofeo conseguido, la cabeza de un difunto. Con la cabeza en las manos volvieron a la ciudad.
La aventura se prolongo unos días más, en los que los restos humanos fueron conservados en un cubo lleno de orujo, quizá del mismo utilizado para las libaciones que produjeron el hecho. Después apareció el miedo, junto con la noticia en los periódicos que hablaba del vandálico acto…y decidieron dejar la cabeza en un banco de la catedral. La llevaron en taxi.
Después de esta macabra hazaña, y ,previo paso por el talego provincial, el Bode desapareció y apareció intermitentemente por la pequeña ciudad, mostrando un cierto incremento psicopático. Allá donde iba, la bronca le acompañaba. Las borracheras iban unidas a violentos altercados y, en esto andaba, cuando llego el dia, su dia….
Allí estábamos. En un sótano que el oscuro Hermann, uno de nuestros colegas había alquilado y era usado como picadero y lugar de esparcimiento y drogadicción. Allí estábamos, fumando. En el tocadiscos sonaba el Aftermath de los Rolling ,como decíamos entonces, cuando unos golpes en la puerta vinieron a cortarnos el rollo. Cuando Jávi , otro de los presentes, fue a abrir, nos encontramos con una visión espantosa: El Bode estaba en el umbral, empuñando una escopeta de caza, y con cara de loco. Venia alterado, fuera de si mismo, y nos largó una confusa explicación, de la que dedujimos que el tipo venia de atasabar a dos personas. Una pareja de novios que se magreaba en un coche aparcado en el polígono. El Bode había disparado contra ellos, y ni siquiera podía dar una explicación racional de porque lo había hecho.
El miedo corrió entre nosotros como una ardilla que se escapa, y pronto nos encontramos todos fuera del edificio. Dentro dejamos al Bode, que comenzaba a entregarse a la desesperación. Tras un apresurado conciliábulo, nos fuimos cada uno por nuestro lado. Unicamente Hermann ,como responsable identificable de aquel lugar, se decidió a llamar a la policía e informar de la situación.
A partir de aquí los sucesos se precipitaron. A la mayor brevedad llegaron al lugar los policías, toda una numerosa sección de maderos armados de porras, pistolas y granadas de gas. Con megáfonos exigieron la rendición . Siléncio. Después, a través de las ventanas que estaban a ras de suelo, lanzaron sus granadas de gas lacrimógeno. Silencio. El sitiado se mantuvo obstinadamente en silencio.
Después de esto llego el asalto. Rompieron la puerta y entraron. Alli estaba el hombre. Muerto totalmente. Esa era la razón de su obstinado silencio. Al parecer, antes de que llegaran las fuerzas policiales, había construido una rudimentaria máquina de suicídio . Con un cordel pasado por la manilla de la puerta, y por los
gatillos de la escopeta ,apoyando el pecho sobre esta, logró que los dos cañones dispararan a la vez. El blanco: el corazón.
Lo siguiente que recuerdo fue la misa de funeral. No había nadie, o casi nadie. Unicamente reconocí a dos amigas comunes sentadas en el ultimo banco como vírgenes prudentes. Al lado de las gradas del altar, los padres del Bode lloraban.
Realmente, la oración fúnebre fue pronunciada unos días después, cuando alguno de los testigos de aquella terrible ordalía nos encontramos de nuevo fumando unos flais junto a las paredes de la facultad de veterinaria y ,fue pronunciada-como no-por Hermann en persona ,que de manera displicente ,largó como una queja su comentario, mientras parsimoniosamente le daba fuego al porro: “…¡Y además, nos dejo sin música…cayó sobre el tocadiscos¡”

domingo, 9 de noviembre de 2008

PEQUEÑA REIVINDICACION DEL MENDIGO INGRATO

Amigos presentados por los libros .Encontré a León Bloy a través de las paginas de Borges y Junger.Ambos lo adscribian al rango de los profetas.
Busqué sin resultado. Después de un año,en una fría mañana madrileña encontré, en el rastro, un ejemplar de su primera novela “Le Desespere” y cosa de quince minutos después-tan poco digno de ser adorado es el azar-,un ejemplar ya tatuado por el oxido de las “Cartas a Maritain y van der Meer”.

La lectura de esa primera novela: Le Desespere (1886), que significo para su autor el ostracismo en la comunidad literaria francesa, tuvo efectos deslumbrantes. En ella, un antihéroe, un alter ego con nombre resonante y simbólico -Cain Marchenoir- desarrolla una teoría de la historia, providencialista y libertaria a la vez, escandalosamente anacrónica, antes de despachar en una memorable cena, todo el panorama literario de la época, ajusticiando uno a uno a sus literatos.Demasiado.
A partir de entonces me convertí en un devoto, o en un fan, o simplemente en un lector de León Bloy.
Viajé a través de sus panfletos terribles.Textos como “La sangre del pobre”,donde un catolicismo absoluto inspira una critica tan acerada que ,a su lado, leer a Kropotkin o a Pestaña,me parecía perder el tiempo miserablemente entregado a la miopía revolucionaria.Me sumergí en su “Exegesis de los lugares comunes”,libro de cabecera, al que se puede entrar por cualquier pagina, para encontrar en todas y cada una,la disección de la figura burguesa en todos su atributos.Esta es una obra que resulta fundamentalmente inactual y, por tanto, de lo mas actual que se pueda pretender.
Y después,ya deslumbrado,puse mis pecadores ojos sobre sus “Diarios”,que a mi juicio son lo mas fundamental y cargado de su producción.Entre ellos esta ese seudónimo que utilizó para dar titulo a uno de sus cinco tomos: El Mendigo Ingrato

Bloy no es una lectura para niños, ni para optimistas, si a estas alturas queda alguno. Su desprecio por todos los signos de modernidad es patente, asistió a la llegada del automóvil, sancionándolo con un latigazo en latín: “uterus ab tumulus 100 Km. hora”, es decir, más o menos del útero al sepulcro con mas rapidez. A esto lo llamó:”abundancia de medios de huida”.
Tampoco encontraran aquí su solaz los humanistas antiglobalización de la hora presente. Resulta demasiado anacrónico, de un nacionalismo que pronostica un tremendo castigo por el envilecimiento de su patria (Francia). Naturalmente, el castigo llegó en 1940.No pudo verlo. Bloy passed away en 1917.
Pero resulta un buen autor para los sufridores y para los que padecen hambre y sed de justicia, para los que ven el oscurecimiento del horizonte histórico y la creciente marea de estupidez militante ahogar los últimos vestigios de humanidad y apagarse los últimos destellos de belleza. Para esos, León Bloy es una buena lectura, como también lo es Nietzsche, incluso para los que sufren de si mismos.
La buena suerte final de este oscurecido y olvidado escritor es que alguien en alguna editorial ha decidido que alguna de sus obras se reedite, aquí, en esta tierra de nuestros dolores y por tanto aún se pueda encontrar en las librerías.

sábado, 7 de junio de 2008

de los angeles hechos ceniza


Yo amo esos delgados tobillos y esa /conmovedora forma tuya/ de torcer el pie derecho /hacia adentro. Tambien amo /la sombra bajo tus ojos y/ tus pequeños pechos y /la manera de caer /de tu pelo sobre los hombros /y tu palida palidez y/ de nuevo /amo las estrias de tus labios y /tus fuertes /pequeñas y/ dulces manos. /Y perdóname porque /de la misma manera /amo tu corazoncito/ tu estrella dolorosa y /el mono de peluche que abrazaste /en el país de tu infancia / en el borde del sueño . /Y también/ cuando todo se volvió amargo y /lloraste /sobre la almohada /tantas noches. /Y perdóname de nuevo /porque /una vez más /no he podido evitar /el desplome de mi corazón /sobre todas tus cosas. /Y así/ amo tu perdida sonrisa /y una de tus miradas a los ojos y / cuando inclinas la cabeza /bajas la vista /y frunces el ceño./ De lo demas /de los Ángeles hechos ceniza/ nada digo.

martes, 20 de mayo de 2008

El cartero lleva una carta


Querida amiga: Cuando me desperte esta mañana,todavía tenia en mis manos el libro .Eran los poemas sueltos y encadenados de Pedro Casariego,autor que dulcifica mis insomnios en estos dias del sucio final del invierno.Habia quedado abierto en una pagina con un solo y pequeño texto que lei ya con la luz del dia recien estrenado. ”Nuestras propias palabras ,nos impiden hablar Parecia imposible.Nuestras propias palabras:” Pense al instante,con esa lucidez del dormido y del despierto que estos versos ,escritos on tiza en una pared,quiza causaran en alguien el efecto de un puñetazo de los que hacen escupir sangre.Luego intente recordar el nombre de aquel filosofo griego que decia que todo era incognoscible y ,que siendo cognoscible,seria incomunicable.,pero el nombre del filosofo ya no estaba en mi memoria. Dos cafés mas alla,descendi la escalera con el oido atento a los cambiantes ruidos de la casa;esto era comunicación, aunque en el fondo fuera ruido,pero decia algo,significaba debilmente.En el portal di los buenos dias a dos de mis vecinas;una contesto (comunicación),otra se abstuvo de contestar a mi saludo (silencio) y ya caminando hacia el trabajo iba pensando en las dificultades del significante,del significado, del codigo ,el mensaje, el canal y demas estupideces que nos enseñaban en la facultad.
Esto es un pensamiento sin duda importante para alguien que ,como yo,se gana la vida como repartidor postal,lo que el vulgo llamo siempre “cartero”..:“desde lo alto de la majestad de todos los sueños,cartero en la ciudad de Leon. O ayudante de contable en la ciudad de Lisboa.”¿ Has leido a Pessoa,Julieta?. Después, y ya con prisa,pase frente al super,solo por ver de refilón auna de las cajeras,a la que amo primaveralmente desde lo profundo del corazon sin atreverme hasta ahora a decirle nada,ya ves,de nuevo incomunicación.Silencio y ruido son la misma barrera.O prisa y falta de tiempo,o carencia de palabras,o…,en fin, el resultado es que cada mañana uno sale dentro de la burbuja,y cuesta siempre un esfuerzo romperla y aun mas decir algo ,y aun mas todavía decir algo que sea un poco verdad, sin descansar blandamente o cotidianamente en lugares comunes o bobadas.Por algo habian quedado en mi memoria los versos del poeta Casariego,y se habia ido el nombre del filosofo griego.Hasta las palabras pueden formar una barrera como el silencio o el ruido,aislando,incomunicando,dejandote solo en la burbuja. En los versos de Casariego la significacion se apoyaba en “nuestras propias palabras” y sobre todo en el verbo en pasado :“parecia imposible”.¿Son “nuestras” las palabras?:No,no lo son.-me dije-. Sabes Julieta…..A veces creo que las palabras,algunas palabras,han dejado de significar lo mismo para unos y para otros,o simplemente han dejado de tener significado.En una vieja película de Godard:.”Alphaville”,se describe una sociedad en la que el control del lenguaje forma parte del control del pensamiento y ,por tanto, del control social.Cuando el detective Lemmy Caution llega a la ciudad de Alphaville procedente de los paises exteriores ,se aloja en una habitación de hotel,en el que como en todas las habitaciones de hotel del mundo anglo,hay una Biblia.En realidad,la Biblia habia sido sustituida por un diccionario o ,en otras palabras,la palabra de Dios sustituida por la palabra de los hombres.En tal diccionario faltaban palabras,.¿Qué ha pasado con la palabra “conciencia”? en Alphaville nadie “recuerda” lo que significa…,tambien en Orwell “1984” ,ese feroz estalinismo del futuro controla una neolengua,un idioma para los esclavos,definido por el poder,un cambio en el lenguaje,que es la manera de “estar en el mundo” propia de los hombres,produciria una cambio en la escala del poder,y como consecuencia una total liquidación de la libertad. Ahora,miro las cosas y pienso en estas utopias negativas,noto ciertas semejanzas,y en el fondo del pensamiento,asoma oscuramente el miedo.Ahora que lo pienso,cada vez que hablo contigo por el Messenger,siento después una sensación de irrealidad,como si la comunicación no fuese completa,como si faltara algo…¿Qué?.De nuevo en la burbuja,y aun mas,en la gran burbuja del ciberespacio.Mediatizados por el programa,por una interface que tendemos a tomar como realidad,por un lenguaje amputado,abreviado,una especie de neolengua tambien como la de Orwell,que encubre el terrible vacio,la ausencia del significado./ Por todo ello,decidi enviarte esta carta…,y fabrique mi tinta,frotando sobre un tintero de piedra,como hacen los caligrafos japoneses,y escogi el papel,un verjurado de color marfil con puntizones ,corondeles y filigrana,y la pluma,de un acero triste,para que fuera diferente,esto es, para que todo significara algo,para que quedara un trazo en el fluir del tiempo,una huella en la terrible guerra de la memoria contra el olvido./ (…) Estas palabras,Julieta,tienen voluntad de ser hasta el final,escritas en papel,hasta que un fuego de ramas secas ,o los acaros, o los ratones,o simplemente la acidez del papel, den con ellas en el no ser,en el polvo.Sera como si nunca hubiera sucedido nada,una victoria mas del silencio,de la entropía,del olvido sobre la memoria.Pero habran estado ahí,o como dijo el clasico,”polvo seran,mas …”